Desde el inicio de los tiempos, la tecnología ha transformado al mundo. De la piedra al metal, de la rueda a la máquina, y de la imprenta a la computadora personal, la innovación ha marcado las formas de vivir. Uno de los adelantos tecnológicos más significativos ha sido la Red Internet, poderoso producto cultural que hoy permea en la vida individual y colectiva, reconfigura virtualmente las fronteras y hace que la información fluya como un líquido.
El escenario acelerado de la comunicación ha influido en las formas de aprender, especialmente (aunque no únicamente) de las generaciones más jóvenes. El reto actual de los profesores es reinventarse a la par del cambio en los paradigmas educativos, que privilegian a múltiples recursos abiertos y masivos; al conocimiento dinámico y creativo; a la formación independiente y continua a lo largo de la vida; y al aprendizaje social en redes colaborativas. Una vía para transitar exitosamente hacia la competencia digital docente es utilizar entornos personales de aprendizaje (PLE), un modelo conformado por fuentes de información, herramientas para filtrarla y organizarla, actividades para crear contenido, medios de difusión y conexiones entre personas. Un PLE implica pasar de visitante a residente en los medios tecnológicos, con una actitud de compartir e intercambiar saberes más allá del aula.
Mi PLE se ha aplicado en las dos entradas anteriores de este blog, enfocadas en recursos virtuales relacionados con la cocina mexicana y su vínculo con la actividad turística. Fue necesario realizar una curaduría de contenidos, es decir un proceso de investigación en fuentes diversas, selección de datos, articulación de materiales de forma congruente, y gestión de la propuesta a transmitir. Se espera que de esta forma las elecciones de publicación aporten un valor educativo sobre el tema de estudio, aspecto relevante si se considera que los estudiantes están expuestos a la infoxicación: una sobrecarga de información. El PLE para la educación en gastronomía tradicional y turismo incide tanto en asignaturas como en proyectos afines a las temáticas de gestión de patrimonio cultural inmaterial, cultura gastronómica, turismo cultural, competitividad de destinos, y rutas turísticas, por mencionar algunas.
El escenario acelerado de la comunicación ha influido en las formas de aprender, especialmente (aunque no únicamente) de las generaciones más jóvenes. El reto actual de los profesores es reinventarse a la par del cambio en los paradigmas educativos, que privilegian a múltiples recursos abiertos y masivos; al conocimiento dinámico y creativo; a la formación independiente y continua a lo largo de la vida; y al aprendizaje social en redes colaborativas. Una vía para transitar exitosamente hacia la competencia digital docente es utilizar entornos personales de aprendizaje (PLE), un modelo conformado por fuentes de información, herramientas para filtrarla y organizarla, actividades para crear contenido, medios de difusión y conexiones entre personas. Un PLE implica pasar de visitante a residente en los medios tecnológicos, con una actitud de compartir e intercambiar saberes más allá del aula.
Mi PLE se ha aplicado en las dos entradas anteriores de este blog, enfocadas en recursos virtuales relacionados con la cocina mexicana y su vínculo con la actividad turística. Fue necesario realizar una curaduría de contenidos, es decir un proceso de investigación en fuentes diversas, selección de datos, articulación de materiales de forma congruente, y gestión de la propuesta a transmitir. Se espera que de esta forma las elecciones de publicación aporten un valor educativo sobre el tema de estudio, aspecto relevante si se considera que los estudiantes están expuestos a la infoxicación: una sobrecarga de información. El PLE para la educación en gastronomía tradicional y turismo incide tanto en asignaturas como en proyectos afines a las temáticas de gestión de patrimonio cultural inmaterial, cultura gastronómica, turismo cultural, competitividad de destinos, y rutas turísticas, por mencionar algunas.
Además de la labor docente, lo ideal es que los alumnos desarrollen sus propios PLE, así la educación formal puede ampliarse con mecanismos informales y accesibles, e incluso con medios no formales de aprendizaje como los cursos abiertos en línea (MOOC). Con este modelo, es posible formar usuarios críticos que gestionen objetivamente información y experiencias, a la vez que conviven asiduamente con las innovaciones de las TICs, la web 2.0, las licencias de creative commons, el networking, entre otros avances tecnológicos.
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Elaboración propia |
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